Alrededor del 14 por ciento del coral mundial se ha perdido
desde 2009, según ha documentado la Red Mundial de Vigilancia de los Arrecifes
Coralinos (GCRMN) en su sexto informe.
Según sus autores, se trata de la instantánea científica más
detallada realizada hasta la fecha sobre los efectos que el aumento de las
temperaturas marinas ha tenido sobre los arrecifes del mundo.
El estudio de seguimiento del GCRMN abarca un periodo de 40
años, con datos procedentes de 73 países, recopilados en 12.000 lugares de
observación por más de 300 científicos a través de 2 millones de observaciones
individuales, informa esta entidad en un comunicado.
Los arrecifes de coral de todo el mundo se hallan bajo un
estrés incesante debido tanto al calentamiento provocado por el cambio
climático como a otras presiones locales, como por ejemplo la sobrepesca, el
desarrollo no sostenible de los litorales y la disminución de la calidad del
agua.
Según el informe, la pérdida irreversible de los arrecifes
de coral sería algo catastrófico. A pesar de que los arrecifes de coral cubren
solo el 0,2% del lecho oceánico, son el hogar de al menos una cuarta parte de
todas las especies marinas y proporcionan un hábitat crítico y una fuente
fundamental de proteína y de componentes utilizados en la fabricación de
medicamentos que pueden salvar vidas.
Se estima que cientos de millones de personas en todo el
mundo dependen de ellos como fuentes de alimento y de empleo o como elementos
de protección frente a las tormentas y la erosión.
Sin embargo, el informe también revela que muchos de los
arrecifes de coral del mundo se mantienen resilientes y pueden recuperarse si
las condiciones lo permiten, ofreciendo esperanza en lo referente a la salud a
largo plazo de los arrecifes de coral si se toman de inmediato las medidas
necesarias para estabilizar las emisiones y poner freno al calentamiento de las
aguas en el futuro.
El análisis, que examinó 10 regiones del mundo que albergan
arrecifes de coral, mostró que los fenómenos de decoloración del coral
provocados por las elevadas temperaturas superficiales del mar (TSM)
constituían el principal factor de desaparición del coral; aquí cabe incluir
especialmente un fenómeno crítico que tuvo lugar en 1998 que se estima que
acabó con la vida del ocho por ciento de los corales del mundo, lo cual, para
ponerlo en perspectiva, equivale a más de todo el coral que vive actualmente en
los arrecifes las regiones del Caribe o del Mar Rojo y del Golfo de Adén.
El declive a largo plazo observado durante la última década
coincidió con TSM persistentemente elevadas. El análisis investiga los cambios
en la cobertura tanto de coral duro vivo como de algas.
La cobertura de coral duro vivo es un indicador con
fundamento científico del estado de salud del coral, mientras que la
proliferación de algas es un indicio ampliamente aceptado de estrés en los
arrecifes.
Desde 1978, cuando se recopilaron los primeros datos
utilizados en el informe, se ha producido mundialmente un declive del 9% en la
población de coral duro.
Entre 2010 y 2019, la cantidad de algas se ha incrementado
un 20%, coincidiendo con reducciones de la cobertura de coral duro. Esta
transición progresiva del coral a las algas como elemento dominante en las
comunidades de los arrecifes reduce el hábitat complejo que resulta esencial
para sustentar altos niveles de biodiversidad.
El informe también destaca que, aunque durante la última
década el intervalo entre fenómenos de decoloración masiva de corales ha sido
insuficiente como para permitir que los corales se recuperaran totalmente, se
ha observado cierta recuperación en 2019, cuando los arrecifes recuperaron un
2% de su cobertura de coral.
Esto indica que los arrecifes de coral aún se muestran
resilientes y que, si las presiones que pesan sobre estos ecosistemas críticos
se relajan, tienen la capacidad de restablecerse, potencialmente en cuestión de
una década, y volver a ser los arrecifes sanos y florecientes que prevalecían
antes de 1998.
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