miércoles, 13 de octubre de 2021

Siguen muriendo los corales por el calentamiento global..

 




Alrededor del 14 por ciento del coral mundial se ha perdido desde 2009, según ha documentado la Red Mundial de Vigilancia de los Arrecifes Coralinos (GCRMN) en su sexto informe.

 

Según sus autores, se trata de la instantánea científica más detallada realizada hasta la fecha sobre los efectos que el aumento de las temperaturas marinas ha tenido sobre los arrecifes del mundo.

 

El estudio de seguimiento del GCRMN abarca un periodo de 40 años, con datos procedentes de 73 países, recopilados en 12.000 lugares de observación por más de 300 científicos a través de 2 millones de observaciones individuales, informa esta entidad en un comunicado.

 

Los arrecifes de coral de todo el mundo se hallan bajo un estrés incesante debido tanto al calentamiento provocado por el cambio climático como a otras presiones locales, como por ejemplo la sobrepesca, el desarrollo no sostenible de los litorales y la disminución de la calidad del agua.

 

Según el informe, la pérdida irreversible de los arrecifes de coral sería algo catastrófico. A pesar de que los arrecifes de coral cubren solo el 0,2% del lecho oceánico, son el hogar de al menos una cuarta parte de todas las especies marinas y proporcionan un hábitat crítico y una fuente fundamental de proteína y de componentes utilizados en la fabricación de medicamentos que pueden salvar vidas.

 

Se estima que cientos de millones de personas en todo el mundo dependen de ellos como fuentes de alimento y de empleo o como elementos de protección frente a las tormentas y la erosión.

 

Sin embargo, el informe también revela que muchos de los arrecifes de coral del mundo se mantienen resilientes y pueden recuperarse si las condiciones lo permiten, ofreciendo esperanza en lo referente a la salud a largo plazo de los arrecifes de coral si se toman de inmediato las medidas necesarias para estabilizar las emisiones y poner freno al calentamiento de las aguas en el futuro.

 

El análisis, que examinó 10 regiones del mundo que albergan arrecifes de coral, mostró que los fenómenos de decoloración del coral provocados por las elevadas temperaturas superficiales del mar (TSM) constituían el principal factor de desaparición del coral; aquí cabe incluir especialmente un fenómeno crítico que tuvo lugar en 1998 que se estima que acabó con la vida del ocho por ciento de los corales del mundo, lo cual, para ponerlo en perspectiva, equivale a más de todo el coral que vive actualmente en los arrecifes las regiones del Caribe o del Mar Rojo y del Golfo de Adén.

 

El declive a largo plazo observado durante la última década coincidió con TSM persistentemente elevadas. El análisis investiga los cambios en la cobertura tanto de coral duro vivo como de algas.

 

La cobertura de coral duro vivo es un indicador con fundamento científico del estado de salud del coral, mientras que la proliferación de algas es un indicio ampliamente aceptado de estrés en los arrecifes.

 

Desde 1978, cuando se recopilaron los primeros datos utilizados en el informe, se ha producido mundialmente un declive del 9% en la población de coral duro.

 

Entre 2010 y 2019, la cantidad de algas se ha incrementado un 20%, coincidiendo con reducciones de la cobertura de coral duro. Esta transición progresiva del coral a las algas como elemento dominante en las comunidades de los arrecifes reduce el hábitat complejo que resulta esencial para sustentar altos niveles de biodiversidad.

 

El informe también destaca que, aunque durante la última década el intervalo entre fenómenos de decoloración masiva de corales ha sido insuficiente como para permitir que los corales se recuperaran totalmente, se ha observado cierta recuperación en 2019, cuando los arrecifes recuperaron un 2% de su cobertura de coral.

 

Esto indica que los arrecifes de coral aún se muestran resilientes y que, si las presiones que pesan sobre estos ecosistemas críticos se relajan, tienen la capacidad de restablecerse, potencialmente en cuestión de una década, y volver a ser los arrecifes sanos y florecientes que prevalecían antes de 1998.


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