En las Conclusiones el Consejo reconoce que los efectos
directos e indirectos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la
degradación del medio ambiente constituyen riesgos para el respeto de los
derechos humanos y la seguridad de las personas y de los Estados, al socavar la
paz y la estabilidad mundiales y a menudo acelerar o agravar las
vulnerabilidades y la inestabilidad existentes. En este sentido, el Consejo
acoge con satisfacción que las Naciones Unidas hayan prestado mayor atención al
nexo entre clima, paz y seguridad, pero también reitera la necesidad de que se
integren sistemáticamente los derechos humanos en la acción por el clima y la
diplomacia energética.
El Consejo destaca asimismo que la falta de financiación a
gran escala para unas transiciones energéticas resilientes y justas en los
países de renta media y baja sigue siendo un obstáculo para el desarrollo
ecológico y sostenible. Por tanto, la UE seguirá brindando a los socios una
oferta sostenible, ecológica y positiva para el desarrollo de infraestructuras
energéticas, de transporte y digitales fiables y resistentes al cambio
climático.
Al mismo tiempo, la UE pide a otros países desarrollados que
cumplan en 2022 el compromiso colectivo de movilizar 100 000 millones de
dólares al año, e invita a los bancos multilaterales de desarrollo y a las
instituciones financieras internacionales a desempeñar un papel catalizador
para movilizar al sector privado y redirigir los flujos financieros mundiales
hacia inversiones sostenibles y ecológicas.
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