La única especie de oso que habita en Sudamérica es el
andino o de anteojos y hoy en día esta catalogado como vulnerable por la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
En línea con lo anterior, se dio a conocer un informe donde
se detalló algunas de las acciones que se están llevando a cabo en Colombia
para la protección de este mamífero. Una de las entidades que está detrás de
ellos es WCS Colombia, cuyo líder de mamíferos grandes indicó en el mismo
medio:
“Al moverse tanto, tiene bastantes interacciones ecológicas.
Se sabe que son dispersores de algunas semillas de plantas que consumen y, al
ser grandes y buenos trepadores, hacen huecos dentro de las selvas para que la
luz solar entre y se activen procesos de regeneración natural de los bosques”.
La organización forma parte del programa Conservamos la Vida
que, desde 2015, se encuentra desarrollando labores para la conservación de
esta especia en el país. En la iniciativa también trabajan Parques Nacionales
Naturales de Colombia (PNN), Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca
(CVC), Fundación Grupo Argos (FGA), Fundación Smurfit Kappa (FSK), Wildlife
Conservation Society (WCS) y las comunidades rurales que habitan algunos de los
municipios sitiados en la cordillera de los Andes.
El informe también señaló que el programa logró “identificar
los principales núcleos donde habita el oso en Colombia”, una tarea que
permitió definir cinco:
“El primero conformado por el corredor que une
Tatamá-Farallones-Munchique, tres parques nacionales en la cordillera
Occidental de los Andes. El segundo núcleo está formado por los parques Los
Nevados, Las Hermosas y Doña Juana-Cascabel, en la cordillera Central. El
tercero se ubica en la cordillera Oriental, en el corredor entre los parques
Chingaza, Sumapaz y Picachos. Un cuarto núcleo está formado por los parques
nacionales Orquídeas y Paramillo, y el último corresponde al corredor entre los
parques Pisba-Cocuy-Tamá, este último en el límite con Venezuela”, precisó el
medio.
Pero además, se han llevado a cabo otras iniciativas como la
firma de 70 acuerdos de conservación con las comunidades locales de las
cordilleras Occidental y Central, donde el alcance se extiende hasta 121 predios.
De otro lado, Parques Nacionales Naturales indicó que está
fomentando la conectividad de su hábitat, reduciendo presiones como la caza, la
tala de árboles y promoviendo la coexistencia entre la especie y las personas.
“Incentivamos cada día, la importancia del Oso Andino en nuestro territorio, no solo para el beneficio de los ecosistemas sino también para los seres humanos”, explicó Orlando Molano Pérez, director de Parques Nacionales Naturales.
Asimismo, el funcionario destacó la importancia del trabajo
articulado con diferentes autoridades ambientales y ONGs, empresas privadas,
autoridades regionales y territoriales, pero también con las comunidades en las
áreas de presencia de la especie para promover su existencia.
“A la fecha, se han realizado 107 acuerdos de conservación
con comunidades campesinas locales en 6 áreas protegidas (Tatamá, Farallones,
Munchique, Hermosas, Doña Juana, Chingaza). Reciben apoyo para mejorar sus
actividades productivas con el compromiso de respaldar las iniciativas de
conservación del oso como: restauración ecológica, manejo adecuado de ganado y
no hacer uso de las áreas protegidas para actividades agropecuarias”,
puntualizó la entidad.
Del mismo modo precisó que dentro de los acuerdos que se han
firmado en el marco del programa, 37 están enfocados en el manejo de
problemáticas entre el oso y los humanos.
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