El embajador francés en Caracas no cree posible una reducción de 1,5° centígrados en el calentamiento del planeta, pero “los 2° son posibles y es lo que estamos buscando”, enfatiza. El diplomático sostiene que, a pesar de los atentados que cobraron 130 vidas el pasado 13 de noviembre en la misma Ciudad Luz, la seguridad estará garantizada. Desagneaux agradece la presencia en la Cumbre del presidente Nicolás Maduro
Hay una premisa clara para el embajador de Francia en Venezuela, Frédéric Desagneaux: la palabra fracaso no estará asociada con la XXI Conferencia Internacional sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP21), que comenzará mañana en París. Se le pregunte como se le pregunte siempre responderá, sin perder la sonrisa, que las discusiones que empiezan mañana en París llegarán a buen puerto. Otras conferencias no lo lograron (basta recordar lo sucedido en Copenhague en 2009), pero Desagneaux está convencido de que esta vez, gracias al esfuerzo hecho por la diplomacia francesa, todos los intereses enfrentados lograrán hallar un punto en común. Así lo reiteró el viernes en conversación con el Correo del Orinoco, entrevista que fue posible por el esfuerzo e interés del agregado de prensa de la Embajada de Francia en Caracas, Antoine Gameiro Pais.
A dos semanas de los atentados perpetrados por organizaciones extremistas en París resulta poco menos que una osadía plantear que en la misma ciudad que el fanatismo convirtió en una carnicería coincidirán jefes de Estado y de Gobierno, además de miles de personas de todas las tendencias y procedencias. Mas Desagneaux lo ve de otra manera; la presencia masiva de lideresas y líderes mundiales -incluido el presidente Nicolás Maduro- será la mejor respuesta a los violentos.
-¿Está garantizada la seguridad para quienes van a estar allí?
-Sí, por supuesto, Francia tiene la costumbre de organizar y de ser el país anfitrión de muchas conferencias internacionales y los eventos que ocurrieron el viernes 13 de noviembre no cambian esta capacidad ni la manera de manejar conferencias internacionales. Hemos aumentado el número de fuerzas de seguridad que estarán movilizadas alrededor de la conferencia para cuidar la seguridad de todos los participantes. Más de 150 jefes de Estado y de Gobierno estarán presentes en París, especialmente el día lunes 30 de noviembre, cuando ellos hablarán. La conferencia tendrá lugar durante dos semanas y estamos totalmente movilizados para garantizar la mejor seguridad posible a todos los participantes.
NUNCA SE PENSÓ EN POSPONERLA
-¿No hubiese sido sensato suspenderla, posponerla?
-Nunca fue considerada la posibilidad de anular la conferencia. Al contrario, mantener una vida normal, incluso una vida diplomática normal es una prioridad, no solo para el Gobierno francés sino para todos los franceses y sus amigos. Apreciamos mucho la participación del presidente Nicolás Maduro, quien viajará a París a finales de la semana para hacerse presente y compartir con nosotros los franceses y con toda la comunidad internacional que rechaza la violencia y afirma que seguimos trabajando para el bienestar de nuestros pueblos, para el futuro de nuestro planeta. El tema central de la conferencia de París es la vida sobre nuestro planeta en el futuro. Es una cuestión esencial; yo diría una cuestión vital, existencial.
Continúa el estado de emergencia decretado por el presidente francés, Francoise Hollande, pero pese a ello las actividades se desarrollarán en condiciones normales, salvo porque no se permitirán actividades públicas de larga duración. Parece casi imposible el control, tomando en cuenta que se esperan unos 40 mil participantes (3 mil de ellos, periodistas).
El diplomático asegura que, para el Gobierno francés como anfitrión y organizador de la cita, es muy importante la interacción entre los actores gubernamentales y los representantes de la sociedad civil. “Hemos previsto una organización física que permitirá esos intercambios y la posibilidad de conversar”, resalta.
-¿Por qué dar la impresión de normalidad si no es normal lo que ocurrió? Pasó una cosa terrible y puede volver a ocurrir.
-Sí, pasó una cosa terrible, estamos muy afectados por lo que ocurrió el viernes 13 de noviembre, pero estamos más fuertes que los que nos atacaron y la mejor manera de mostrar nuestra resolución es seguir una vida normal; con precauciones por supuesto, con vigilancia, con medidas de seguridad en el país, pero no debemos dar la impresión que estamos actuando de una manera diferente porque ellos nos atacaron. Nuestra vida, nuestra sociedad es más fuerte que los sentimientos de odio que traen los terroristas.
SATISFACER EXPECTATIVAS
Los representantes de 195 países intentarán alcanzar en París –del 30 de noviembre al 11 de diciembre— un acuerdo universal que permita limitar el calentamiento del planeta a 2° centígrados. Otras naciones exigen que la disminución sea de 1,5° centígrados.
-¿Realmente se van a poder satisfacer las expectativas y obtener acuerdos que permitan reducir los factores que generan el cambio climático?
-Nosotros entendimos muy bien y muy precisamente las expectativas de la sociedad y las compartimos. Francia como país anfitrión, como presidente de la cumbre, está movilizada para lograr un acuerdo ambicioso, un acuerdo obligatorio, un acuerdo que enfrente los desafíos del cambio climático. Estamos dedicados a lograr un acuerdo, pero somo muy ambiciosos porque el desafío del cambio climático, el riesgo asociado con el cambio climático pone en peligro el futuro del planeta y la vida de nuestros hijos e hijas y de las futuras generaciones.
Desagneaux saca papeles de una carpeta. Son papeles que contienen números que asustan, pero que evidentemente no han espantado lo suficiente a quienes toman las decisiones. “De no llegar a un acuerdo en París para limitar el crecimiento de la temperatura global por debajo de los 2° centígrados ya conocemos las consecuencias: para nosotros sería como un caos ambiental en los próximos años”, subraya.
Si se mantiene el incremento de la temperatura tal como va, advierte, habrá millones de muertes por contaminación atmosférica, millones de seres humanos en inseguridad alimentaria, millones de refugiados climáticos. Podría desaparecer de 30% a 45% de las especies animales y 30% de los glaciares (con la consecuente elevación del nivel del mar). Moriría 30% de la fauna y la flora acuáticas y 4 de cada 10 peces por el calentamiento del agua.
“Es decir”, alerta el embajador, “que si no actuamos hoy día estaremos frente a esos hechos caóticos que representan una real catástrofe climática”. Por ello “hemos consultado con todas las partes, con todos los grupos de la negociación que representan diferentes intereses, diferentes opiniones, diferentes puntos de vista”, asevera. Además, se han garantizado los espacios de intercambio entre diferentes sectores “porque los negociadores no pueden aislarse del mundo, de la realidad”.
Como parte de esa agenda, el viernes el ministro francés de relaciones exteriores, Laurent Fabius, se reunió con las delegaciones del ALBA para preparar las negociaciones climáticas.
LA CONCIENCIA LLEVARÁ A ACTUAR
-En otras cumbres no se ha logrado avanzar. ¿Qué cree que puede marcar la diferencia ahora?
-La emergencia, la conciencia de que tenemos que actuar, que reaccionar al peligro que está ante nosotros. Y hemos visto el compromiso de muchos países, su compromiso para lograr un acuerdo, su compromiso para actuar concretamente a través de anuncios de acción para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, para adaptar las economías a los efectos del cambio climático y del aumento de la temperatura, para facilitar financiamientos y medidas de transferencia de tecnología.
El acuerdo, insiste Desagneaux, “debe ser equilibrado”, ya que “estamos muy conscientes y compartimos la noción de responsabilidad compartida pero diferenciada”. Ello implica admitir “que los países desarrollados tienen una responsabilidad propia, los países emergentes tienen una responsabilidad propia, los países productores de petróleo tienen su responsabilidad también”. Visto así, los esfuerzos deben ser repartidos entre las naciones “según su nivel de desarrollo, según sus recursos”.
El representante francés expone que la lucha contra el cambio climático es también una forma de afrontar la pobreza, y así ha sido asumido por los gobiernos. Hace énfasis en el presupuesto destinado por Francia para actuar contra el cambio climático y en cómo aumentará: pasará de 3 mil millones de euros al año a 5 mil millones de euros anuales. A esto se sumará el aporte de mil millones de dólares al fondo verde.
En esta línea “estamos muy interesados en dialogar, conversar, intercambiar con las autoridades venezolanas y la sociedad civil venezolana”, manifiesta Desagneaux. Ese debate de pareceres ya se ha materializado con el ministro de Ecosocialismo; con investigadores de universidades. Se han llevado a cabo varias conferencias en ciudades venezolanas para compartir opiniones.
Esto continuará, prometió, porque la conferencia de París “no representa el fin de la historia”, sino la continuación de un trayecto.
“Vamos a seguir en la acción, vamos a seguir en la negociación y una de las ideas alrededor del acuerdo de París es de tener citas regulares para revisar los compromisos, la realidad de los compromisos, la concreción de los compromisos y de los anuncios para que nunca nos regresemos, para no retroceder”, expresó.
En esta dirección, el embajador señaló que “cada país puede hacer su esfuerzo según su capacidad, según sus recursos, pero la idea fundamental es que a partir de París el camino va a ser más constante”. Desagneaux tiene su esperanza puesta en estos espacios de seguimiento: “con unas citas regulares durante los próximos cinco años vamos a asegurarnos de que el camino es un camino de mejoramiento de la situación global a través de las acciones públicas y privadas que hagan los varios actores”.
Lo que se consiga será el resultado de “una mezcla de trabajo diplomático, escuchando todas las opiniones. Es nuestra regla de acción, el modus operandi: escuchar a todos, tomar en cuenta todas las visiones diferentes”.
METAS CONCRETAS
-¿Usted está convencido de que va a haber metas concretas, embajador?
-Sí creo.
-¿Con números?
-Sí. El objetivo es mantener el aumento de la temperatura debajo de los 2° centígrados.
-¿Cree que se va a lograr?
-El objetivo debe ser 1,5°, especialmente para las pequeñas islas.
-Es decir, es el mínimo aceptable.
-Sí, pero creo que el objetivo que será firmado será 2° centígrados. Y muchos países han anunciado su plan nacional, su contribución nacional para reducir las emisiones. Por ejemplo, la Unión Europea y Francia han decidido reducir 40% de sus emisiones hasta el 2030 y aumentar la proporción de las energías renovables.
-Si no se logran los 1,5° grados, ¿sería un fracaso la Cumbre?
-No creo que es posible este nivel de reducción, pero los 2° son posibles y es lo que estamos buscando.
-Si no se logran, ¿sería un fracaso la Cumbre?
-Actualmente no nos imaginamos que vamos a fracasar. Al contrario, todas las energías de varios países y bueno, en primer lugar Francia como anfitrión, está dirigida a lograr el acuerdo. La gran mayoría de la comunidad internacional se ha comprometido con anuncios muy concretos.
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