miércoles, 9 de diciembre de 2015

La Sierra de la Culata celebró su 26 aniversario como parque nacional.



La Sierra de la Culata, que posee una superficie de 200.400 hectáreas y temperaturas que se ubican entre los -2° C y los 24° C, destaca por su vegetación y su fauna. Posee numerosas especies de frailejones, arbustos, helechos, musgos y hongos, y su árbol emblemático es el Coloradito

            

La Sierra de La Culata, que tiene como principal atractivo la formación montañosa constituida por los páramos entre los estados Mérida y Trujillo, cumplió el lunes 7 de diciembre 26 años desde su decreto como parque nacional en 1989.

El parque está separado de la Sierra Nevada por la depresión longitudinal del río Chama que le sirve de límite norte, mientras que por el noroeste lo hace el fondo del valle del río Santo Domingo, desde la Laguna Mucubají hasta el sitio de la represa José Antonio Páez, en las adyacencias a la localidad de La Mitisús, precisa una nota de prensa del Ministerio de Ecosocialismo y Aguas.

Por el sureste, el límite lo conforma el fondo del valle del río Nuestra Señora, afluente de la margen izquierda del río Chama, aguas abajo de la ciudad de Ejido.

La Sierra de la Culata, que posee una superficie de 200.400 hectáreas y temperaturas que se ubican entre los -2° C y los 24° C, destaca por su vegetación y su fauna. Posee numerosas especies de frailejones, arbustos, helechos, musgos y hongos, y su árbol emblemático es el Coloradito.

En cuanto a su fauna, se pueden encontrar especies como la lapa, el jaguar, el oso frontino, el cachicamo, la locha, el cuchi-cuchi, el venado caramerudo, el zorro, el conejo de páramo y anfibios como el sapito niñera, entre otros.

También existen allí al menos 400 especies de aves, residentes permanentes o inmigrantes, entre las que se destacan el cóndor de los andes (Vultur gryphus), el colibrí denominado Chivito de los Páramos (Oxypogon guerinii), querrequerre (Cyanocorax yncas), guacharaca (Ortalis ruficauda) y la pava de monte (Penelope montagnii).

Los páramos que constituyen el parque son el Tambor Campanario, Piedras Blancas, Mucuchíes y Piedra de Escuque, cuyas altitudes van desde los 400 metros hasta los 4.737 metros, de donde nacen varios ríos que satisfacen la demanda actual para el consumo humano y agropecuario de los estados Mérida, Trujillo y Zulia.

Entre estos destacan los ríos Chama, Mucujún, Tucaní y Santo Domingo, que alimenta la reserva hidroeléctrica José Antonio Páez.

En el parque se puede realizar excursionismo y tener un contacto directo con la naturaleza; además, posee una vista hermosa compuesta de diversos paisajes, que lo convierte en un espacio único e inigualable.

Fuente/Hoy Venezuela

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