sábado, 22 de marzo de 2025

Día Mundial del Agua 2025.

 


El Día Mundial del Agua 2025, celebrado cada 22 de marzo desde 1993, es una iniciativa global respaldada por las Naciones Unidas para destacar la importancia del agua dulce para nuestro planeta y la necesidad de combatir su escasez en todo el mundo, una vez que cerca de 2.200 millones de personas todavía carecen de acceso a agua potable de forma segura.

 

El agua es un recurso fundamental que sustenta la vida en nuestro planeta. Desde los océanos hasta los ríos y los lagos, el agua es indispensable para el bienestar humano, la agricultura, la industria y los ecosistemas. Sin embargo, a pesar de su vital importancia, la gestión sostenible del agua enfrenta numerosos desafíos, como la escasez, la contaminación y la sobreexplotación de los recursos hídricos.

 

En el Día Mundial del Agua 2025, que se celebra el 22 de marzo de cada año, se destaca la importancia de conservar y proteger este recurso vital para la salud de la población y del medio ambiente. Es una oportunidad para reflexionar sobre la necesidad de adoptar prácticas responsables de gestión del agua y para promover la conciencia sobre los problemas relacionados con su acceso y uso equitativo en todo el mundo.

 

Con la celebración de esta efeméride se pretende dar a conocer la crisis mundial del agua y la problemática que afrontan millones de personas que no tienen acceso al suministro de agua potable, así como las medidas urgentes que se deben tomar al respecto.

 

Agua: un recurso más que necesario

Entre el 60 y el 90% del volumen del cuerpo de los animales (incluido el ser humanos) y el 90% de las plantas están compuestas de agua, lo que convierte a este recurso en el más indispensable para la vida. Ningún ser vivo debe quedar sin su ración, por lo que la gestión de la misma deba ser cuidadosamente planificada y ejecutada.

 

Esto implica que no hay tiempo para perderlo en discusiones estériles, sino que los políticos deben poner manos a la obra y comenzar a planificar las acciones futuras, para prevenir males mayores. Si a ello se le suman los pequeños, pero imprescindibles esfuerzos personales, repartir el agua de forma equitativa y justa, es una posibilidad tangible.

 

Crisis mundial del agua

Unos 780 millones de personas en todo el mundo (casi el 10% de los habitantes del planeta) sobreviven sin tener acceso a una fuente de agua potable, segura y limpia. El Día Mundial del Agua 2025 es un buen momento para que aquellos que se olvidan de lo importante que es tener un grifo y agua a demanda, reflexionen y valoren estas circunstancias.

 

Son muchas más las personas que cada día perecen por falta de agua potable, que las que mueran por diferentes formas de violencia, incluidas las guerras o los asesinatos. La escasez de agua provoca multitud de enfermedades, muchas de ellas evitables y lamentablemente los más afectados son los niños, ya que por afecciones diarreicas fenece uno por minuto.

 

Una cuarta parte de la población no tiene instalaciones sanitarias en sus hogares y más de un 20% de los hospitales y centros de atención médica del mundo, ni siquiera cuentan con agua potable, mucho menos con letrinas o inodoros.

 

En gran parte de África, especialmente en las áreas subsaharianas, las mujeres y las niñas son las encargadas de ir a recoger agua para uso familiar. Se pierden miles de horas de estudio, trabajo y ocio en estas actividades y ello hace que el tiempo productivo de estas mujeres es de los menores del mundo.

 

Si hubiera fuentes de agua potable segura, cercanas a cada una de las poblaciones del mundo, el hambre y la desnutrición se reducirían en gran medida, así como descenderían los niveles de mortalidad y de enfermedad, que padecen los habitantes de las zonas más vulnerables y deprimidas del mundo. Además, muchas veces el agua es motivo de disputas, y si merma su cantidad estas se multiplicarán.

 

En el Día Mundial del Agua 2025 ¿Qué se puede hacer?

No hay ninguna duda que el primer paso está en valorar la importancia del agua, aprender a cuidarla y dar el ejemplo de que es factible vivir sin desperdiciarla. Es crucial que todos apreciemos la verdadera magnitud del problema y seamos conscientes de la necesidad de preservar este preciado bien.

 

Es necesario que los políticos y gobernantes se pongan de acuerdo y tengan un objetivo común, que incluya la reversión del cambio climático, la mitigación de sus consecuencias y el logro de una gestión y distribución de las aguas justa, participativa y global. De modo que nadie tenga que padecer sed, ni conseguir agua suponga un esfuerzo que ponga en peligro la armonía de las comunidades.

por: ecoticias.com 


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